01 Ago Suelo Pélvico ¿Qué es y qué hacemos con él?
El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior. Su función es sostener los órganos pélvicos (vejiga y uretra, útero y vagina; y recto) en la posición adecuada porque de ello depende su normal funcionamiento.
Se cree que esta estructura tiene forma de hamaca pero esta idea es errónea, debemos más bien imaginarnos un “puente colgante”. En este puente imaginario tendríamos el hueso sacro en un extremo y en el otro lado el pubis. Los “cables suspensorios”, que gracias a su tensión adecuada mantendrían el puente firme, serían principalmente los ligamentos de sostén.
Estos unen las estructuras óseas con los órganos pélvicos, que se encontrarían colgando de este puente. Por último, el suelo del puente lo formaría un plano muscular (concretamente el músculo elevador del ano) y una lámina de tejido conjuntivo (tejido que en nuestro organismo proporciona sostén: en el suelo pélvico se llama fascia endopélvica).
A diferencia de un puente estático, nuestro suelo pélvico no es rígido, es algo dinámico, que se adapta a nuestro movimiento, a los cambios posturales… y lo hace siempre manteniendo una tensión adecuada que sujete nuestra vejiga, el útero y el recto dentro de la pelvis. Cuando el suelo pélvico se debilita, las estructuras que sostiene descienden y por lo tanto se altera su función.
El suelo pélvico, como musculatura que es, puede debilitarse por varias causas entre las que se encuentran:
– Embarazos: debido al exceso de peso soportado y a la relajación muscular provocada por las hormonas.
– Parto: Debido al esfuerzo de expulsión que actúa directamente sobre la base del suelo pélvico y lesiones provocadas por el esfuerzo en sí.
– Menopausia: Retirada hormonal que provoca flacidez en la musculatura pélvica.
– Obesidad por el peso soportado.
– Tos crónica, estreñimiento crónico (valsalva de defecación), músicos de instrumento de viento, cantantes y cualquier actividad que requiera esfuerzos y tensión basados en la parte baja del vientre.
Además este suelo pélvico no debemos entenderlo como un conjunto de músculos aislados del resto del cuerpo, ya que forma junto con otros músculos un espacio denominado: cavidad abdominal manométrica. Esta cavidad está formada por el ya mencionado suelo pélvico en la parte más inferior, el músculo diafragma en la parte superior, el transverso del abdomen y abdominales en la pared anterior y los músculos multífidos y columna vertebral en la pared posterior, de tal forma que una alteración en cualquiera de estos elementos influiría en el resto.
Un abdomen y un suelo pélvico debilitado puede provocar incontinencia urinaria, prolapsos, dolor pélvico, disfunciones sexuales o incluso dolor lumbar, ¡atentos a estos síntomas!.
La patología de suelo pélvico generalmente es crónica y silenciosa hasta que aparece un primer síntoma. Una de cada cuatro mujeres padece incontinencia. Es de gran importancia la prevención y el tratamiento precoz.
Desde la fisioterapia podemos:
- Realizar prevención preparando el suelo pélvico y la cavidad manométrica para el embarazo y el parto (una de las etapas que puede producir una disminución del tono del suelo pélvico).
- Realizar tratamiento para abordar problemas de suelo pélvico y/o abdomen con: gimnasia abdominal hipopresiva, ejercicios de contracción perineal (kegel, biofeedback), calendarios de micción, mejora de postura, terapia manual (masaje, puntos gatillo…) y electroestimulación.
Para cualquier consulta estamos siempre a vuestra disposición. Os dejamos el teléfono de nuestra fisio Lucía: 693757448.
Bibliografía
Meldaña: A. Fisioterapia en mujeres candidatas a cirugía por incontinencia urinaria de esfuerzo: análisis y propuesta. Fisioterapia 2004;26(5):303-9
Dra. Gema García Gálvez: pagina web centrada en tí.
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